
El Rector
DIFERENCIAS ENTRE LA ESCUELA TRADICIONAL Y LA LLAMADA NUEVA ESCUELA
SERGIO A. OSSA MAZO
ENSAYO
DOCENTE
MG. ALEJANDRO JARAMILLO ARENAS
UNIVERSIDAD CATÓLICA DE MANIZALES
ESPECIALIZACIÓN EN GERENCIA EDUCATIVA
EDUCACIÓN PEDAGOGÍA Y GERENCIA 2
EDUCACIÓN A DISTANCIA
2015
Resumen:
Cuando se habla sobre la escuela tradicional, se alude al significado de la vieja escuela, en contraste con la educación modificada e impartida en la época moderna. La denominada vieja escuela, hace referencia a la formación del alumno, utilizando elementos como: la clase magistral, la conservación de los valores, la instrucción en la ética y en la moral, una formación humana, dedicada a mostrar que lo más importante en la persona son sus principios y valores y su posterior aplicación, en cualquier circunstancia de la vida. El aprendizaje del alumno en este tipo de educación, se constituye como un aprendizaje memorístico, si más novedad que la repetición de las lecciones textuales, imitando al pie de la letra al profesor que imparte la lección.
La nueva escuela por su parte, promueve una educación basada en la relación enseñanza-aprendizaje en donde intervengan no solo los profesores como orientadores, sino los alumnos bajo el acompañamiento de sus familias, lo que permitiría un aprendizaje significativo para el alumno.
Palabras clave: Educación, pedagogía, época moderna, progreso, escuela tradicional, nueva escuela.
DIFERENCIAS ENTRE LA ESCUELA TRADICIONAL Y LA LLAMADA NUEVA ESCUELA
“La educación ayuda a la persona a aprender a ser lo que es capaz de ser”.
Hesíodo
Al abordar el tema de la educación se hace necesario plantear la diferencia sustancial existente, entre la escuela tradicional y la llamada nueva escuela.
Cuando se habla sobre la escuela tradicional, se alude al significado de la vieja escuela, en contraste con la educación modificada e impartida en la época moderna. La denominada vieja escuela, hace referencia a la formación del alumno, utilizando elementos como: la clase magistral, la conservación de los valores, la instrucción en la ética y en la moral, una formación humana, dedicada a mostrar que lo más importante en la persona son sus principios y valores y su posterior aplicación, en cualquier circunstancia de la vida. El aprendizaje del alumno en este tipo de educación, se constituye como un aprendizaje memorístico, si más novedad que la repetición de las lecciones textuales, imitando al pie de la letra al profesor que imparte la lección.
Esta concepción, subvalorada hoy en día, promovió el cambio y la transformación dado con el advenimiento de la modernidad, época en la cual, se percibían con mayor ahínco, los intereses progresistas, mercantilistas, así como económicos y políticos por parte del estado.
La escuela tradicional por su parte, promovía la disciplina y la obediencia, temas que en la actualidad, se han transvalorado por la permisividad y la “autodisciplina” o la llamada “libertad responsable” del alumno en clase, lo que supone un avance significativo en su proceso de aprendizaje, dado que según los planteamientos de la nueva escuela: al alumno hay que dejarlo ser. Mediante estos postulados, se destacan las más importantes diferencias entre un tipo de educación retrógrado y anticuado, con respecto a una educación donde el alumno, cuenta con una participación directa en su proceso de aprendizaje, no solo en cuanto al aspecto cognitivo, a la hora de aprender temas y contenidos, sino y mas aun, con referencia a su conducta y comportamiento como persona dentro y fuera del salón de clases.
La idea que se tiene de la escuela tradicional, es casi peyorativa, describiéndola como que posee un tipo de educación coercitiva, impositiva y autoritaria, al punto de convertirse en casi una dictadura para los alumnos. Con la llegada de las nuevas ideas progresistas europeas, se adquiere un significado donde el avance y el progreso, juegan su papel principal.
Dentro de la crítica que se hace a la vieja escuela, se encuentra su clave fundamental a saber: sus contenidos y la manera de enseñar en este tipo de educación, no permite al alumno, trascender en el pensamiento y por consiguiente, en el conocimiento, puesto que el alumno está determinado a desarrollar un tipo de pensamiento más empírico, dado por la experiencia, que un conocimiento científico, determinado por la reflexión y la investigación, promovida hoy por hoy, por el espíritu moderno. Así, el profesor deberá buscar despertar el interés de sus alumnos, interactuar con ellos en una relación de “afectividad”, buscar alianzas y estrategias, que permitan a su vez, promover un aprendizaje significativo, que refleje el avance positivo de los alumnos.
A través de la opción de la autodisciplina, que propone la nueva escuela, se pretende que tanto alumnos como profesores, lleguen a consensos que permitan un tipo de formación más humanizante, en donde el alumno pueda expresarse con mayor libertad y establecer reglas que esté dispuesto a cumplir; en comparación con la escuela tradicional, donde era el profesor quien llevaba la dirección en su clase y era quién decidía por sí mismo, cómo y qué temas y contenidos impartir. Muchos autores y estudiosos del tema, han hecho sus análisis al respecto, proponiendo teorías, modelos pedagógicos, tendencias educativas, al igual que métodos de enseñanza basados en la época moderna. Peter Senge por ejemplo, propone la idea de una escuela que aprende, en donde dice que no solo aprenden y se forman los alumnos, sino también la familia y hasta la escuela misma. A este respecto afirma Senge (2002)
La idea de una escuela que aprende ha venido cobrando más y más actualidad en e! curso de los últimos años. Se ve claramente que las escuelas se pueden rehacer, revitalizar y renovarse en forma sostenida, no por decreto u órdenes ni por reglamentos, sino tomando una orientación de aprendizaje. Esto significa hacer que todos los que pertenecen al sistema expresen sus aspiraciones, tomen conciencia y desarrollen juntos sus capacidades. En una escuela que aprende, individuos que tradicionalmente pueden haber desconfiado unos de otros -padres y maestros, educadores y hombres de negocios, administradores y miembros de! sindicato, personas de dentro y de fuera de las escuelas, estudiantes y adultos- reconocen su común interés en e! futuro del sistema escolar y lo que pueden aprender los unos de los otros. (p. 17)
Con base en esta referencia, queda claro el hecho de que se hacía fundamental un cambio en la mentalidad del estado, en virtud de la transformación de la escuela. El cambio de paradigma en este sentido es notorio, dado que los nuevos modelos de educación, ya no admiten métodos y teorías tradicionales, para la enseñanza de las nuevas generaciones. En comunión con este planteamiento, otro autor Fauré (1972), opina lo siguiente:
En general están muy atentos a modernizar y perfeccionar sin cesar sus instituciones y métodos, y las experiencias novedosas no les asustan. Comprenden que son posibles y deseables progresos nuevos, por la accesión del mayor número posible de «cognoscentes» al máximo nivel posible de conocimientos. Por otro lado, no pueden dejar de advertir que el desarrollo continuo de descubrimientos científicos y de innovaciones va a reforzar de día en día esta exigencia y a hacer retroceder sin cesar las perspectivas de la tarea a cumplir. (p. 26)
La necesidad de consolidar una escuela nueva, donde la educación esté determinada por la intervención no solo del profesor como orientador, sino de que igualmente estén involucrados en el proceso de enseñanza-aprendizaje tanto los alumnos como su familia, es la tarea emprendida por la educación moderna. A este respecto opina igualmente Mejía (2004), añadiendo además, la definición de modernidad como una época en la cual el avance tecnológico y el progreso, resultaban ser elementos fundamentales en la nueva educación: (…) “era necesario reestructurar los “caducos sistemas educativos”, de tal manera que dieran respuesta a las urgencias de un mundo que cambiaba a velocidades descomunales, guiado por un conocimiento que se modificaba, produciendo un cambio tecnológico permanente”. (p. 1)
En conclusión cabe anotar que las diferencias entre la escuela tradicional y la nueva escuela, están marcadas dentro del plano progresista propuesto por modelos pedagógicos europeos con la llegada de la modernidad. El avance en la ciencia y las nuevas tecnologías, así lo confirman en nuestra actualidad. Las características y descripciones de los comportamientos y las actitudes de los alumnos hoy en día, muestran claramente ese cambio en la mentalidad. No obstante, han aparecido nuevos problemas en cuanto a la conducta de los alumnos, quizá promovidos por el arraigo a la sociedad de una nueva época.
BIBLIOGRAFÍA
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Fauré, E. y otros. (1972). Aprender a Ser. Madrid: UNESCO.
-
Mejía, M. (2004).Leyendo las políticas educativas de la globalización. Recuperado el 28 de julio de 2010 de http://foroeducacionpanama.tripod.com/sitebuildercontent/sitebuilderfiles/politicas_educativas.pdf
-
Senge, P. y otros. (2002). Escuelas que aprenden. Bogotá. Norma.

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