PASAN 50 AÑOS… ¿Y EL RETO?
Partamos de un contexto amplio, hemos vivido en una sociedad desbaratada por los conflictos, la violencia, la descomposición moral, social y espiritual. Aquello que en otro tiempo nos enorgullecía y nos hacía sentir nobles, dignos y grandes, hoy nos avergüenza y nos hace sentir débiles y pequeños ante los demás y ante nosotros mismos.
El elogio de la fuerza, de la violencia, de la chabacanería hace aparecer hoy a las personas reflexivas, pacíficas y decentes como seres raros en vía de extinción. En este panorama de crisis, el maestro consciente de su vocación y de su misión aparece como una persona anticuada, desactualizada y desplazada.
La sociedad capitalista dominada por el lucro, solo se fija en la productividad económica por eso no le interesa la formación de hombres sino de robots. La educación hoy por hoy no educa para la reflexión, para la contemplación, para la creatividad, para la auténtica y verdadera libertad, solo le interesa adiestrar funcionarios para la productividad económica y ni siquiera buenos funcionarios porque al no existir calidad humana no les permite ser conscientes de sus responsabilidades para estar a la altura de sus funciones.
Estamos a la puerta de una gran celebración y para nosotros los maestros más que festividad debe representar diagnosticar el presente para proyectarnos con más fuerza al futuro, esta celebración debe significar que debemos apropiarnos de un amplio panorama educativo, reconocer los valores más profundos de la institución y enfrentarnos a nuevos retos.
La Comunidad Educativa nos está esperando para que formemos hombres nuevos para hacer realidad los ideales propuestos. Formar para la igualdad, para la participación, para la solidaridad, para el respeto por los derechos fundamentales de la persona, para la defensa del ecosistema, para la paz, para la felicidad, la justicia y la libertad, en una palabra formar hombres y mujeres y no simples instrumentos. He ahí el reto que se nos plantea a los educadores.
Ser maestros, ser educadores de verdad nos exige un acto de fe y de confianza en nosotros mismos, un redescubrimiento de nuestra vocación y de nuestra misión. Los maestros no podemos seguir siendo funcionarios e instrumentos ciegos en manos de un sistema que deshumaniza y pervierte al ser humano.
Adheridos a la ley de educación podemos abrir un amplio panorama para desplegar toda nuestra creatividad y todas nuestras potencialidades para hacer de la educación en nuestro municipio una instancia de humanización y de transformación a la medida del hombre que requiere la comunidad y necesita nuestra patria. Es nuestro deber propiciar esos espacios, para hacer de nuestra Institución Educativa una escuela renovada.
Pero esto no se logra si como maestros desconocemos una gran historia que viene de importantes años. Una mirada hacia el pasado haría que apreciáramos la cultura, conociéramos las raíces, analizáramos las tradiciones y los procesos vividos en nuestra localidad, no solo en el aspecto educativo, pues cada uno de los aspectos productivos, culturales, económicos, políticos, han articulado nuestro currículo.
Nosotros como verdaderos maestros debemos sentirnos orgullosos de nuestra vocación, no es el estado, no es un salario, no son los títulos, doctorados, lo que nos hará verdaderos educadores. Es el compromiso de cada uno de nosotros, se es maestro por lo que se es y por lo que se hace, es brindar a cada generación las mejores herramientas para que tengan vida y vida en abundancia con las mejores expectativas.
Sea esta una maravillosa oportunidad para que los maestros seamos pioneros y continuemos con la gran historia educativa de nuestro municipio y nos propongamos el reto de continuar desafiando los obstáculos y creyendo que una sociedad más participativa es posible.
Marisela Valencia G. Educadora.
Grados Quinto
Institución Educativa Nuestra Señora del Pilar
Navegar por tus inicios, es recordar con el alma, todos aquellos maestros, que montaron y aún siguen en tu barca. Aquellos niños de antaño que dejaron en su eco, muy grabadas alegrías y esperanzas. Donde las huellas tenían pies descalzos y sonrisas desdentadas, pero ahora son sonrisas muy cuidadas.
Escuela urbana de niños y escuela urbana de niñas, como cambian con el tiempo las palabras. La educación da diferentes contextos culturales, luego se juntaron a las niñas y a los niños para compartir experiencias, alegrías y aprendizajes en las aulas.
La escritura en las pizarras, nada se ha modernizado y las aulas son las mismas con más chicos hacinados, pero en cuanto a los estudiantes antes cuadernos tristes y vestidos de colores de plástico o papeles de regalo… Ahora son cuadernos coloridos y argollados, celulares, tablets y computadores, mientras que para el docente un cuaderno y un tablero anquilosado.
Los sueños muchos cumplidos para quienes te pisaron, aprendieron a leer y a escribir y en mundo alfabetizado mientras otros han salido con alas rotas, robaron sus sueños antes de haber empezado, porque la lectura y la escritura no era su fuerte y entre muchos primeros, muchos se habrían jubilado, ahora se van promoviendo con la inclusión y se van socializando…
La disciplina en el aula era poder de poderes, donde la voz del maestro tenía eco y si no se obedecía, la correa o una regla era el psicólogo para los niños difíciles de aquellos días. Ahora hasta la voz del maestro es criticada en el aula, ya lo estás traumatizando con esa voz tan marcada, es mi hijo necesita mil terapias para el alma.
En el día de los niños, como han cambiado los tiempos, vara de premio encebada, carrera de encostalados, procesión con un marrano, sancocho, chicharrón, concurso de trovas, de poesía y canción. Ahora traen diversión y mientras ellos observan, otros hacen la función. Se han acabado muchos juegos tradicionales, el trompo, las canicas, la correíta, las rondas infantiles y todo va cambiando. Ahora es común ver muchos niños a jugar en solitario, en un celular en los recreos ahora llamados descansos. La internet atiborrada con las redes sociales que a muchos ha embrutecido con los amigos virtuales, mientras que a nuestros vecinos muchos hemos olvidado.
Pero sigues en el alma y en nuestro corazón, educando a chicos y grandes con amor, invitándolos a vivir, a soñar Institución Educativa nuestra Señora del Pilar.
MECI